Una historia que comenzó con curiosidad
Todo empezó en un pequeño estudio de Naucalpan. Tres diseñadores obsesionados con la realidad virtual y un programador que creía que las pantallas planas estaban sobrevaluadas. Pasábamos noches enteras discutiendo cómo hacer que las experiencias digitales se sintieran más... reales.
En ese entonces, la realidad extendida era territorio de grandes corporativos con presupuestos enormes. Pero nosotros pensamos: ¿por qué no hacerla accesible para negocios medianos, museos locales, instituciones educativas? Así nació Lumrix Pro.
Hoy trabajamos con clientes que comparten nuestra visión de que el futuro de la interacción digital no está en pantallas más grandes, sino en experiencias más envolventes. Y sí, seguimos teniendo esas discusiones nocturnas sobre el futuro del diseño.